jueves, 20 de noviembre de 2008

este es el blog para curios@s...estad atent@s








Comenzaremos con un clásico:

Hypnerotomachia Poliphili, para muchos bibliófilos el más hermoso libro de todos los tiempos, y por ello uno de los más buscados por los coleccionistas de incunables .
El gran mérito artístico de su autor –sea Francesco Colonna (hubo dos personajes con ese nombre), León Battista Alberti o Felice Feliciano da Verona- es haber fusionado de manera casi perfecta la tipografía de tipo romano utilizada por la legendaria imprenta veneciana de Aldo Manutius, los 172 grabados sobre madera que si bien en su época se les tomaba como productos de un arte menor, hoy se les considera como las más bellas ilustraciones del ‘stil nuovo’ –el estilo clásico inspirado en las corrientes humanistas del Renacimiento-.

El contenido del Hipnerotomachia es muy complejo y adopta el formato de una búsqueda erótico-amorosa que se desarrolla dentro de un sueño. Es un romanzo d’amore donde la prosa enlaza textos en griego, latín e italiano, con algunas pinceladas de árabe, hebreo y escritura jeroglífica. Dirigido a un público culto, su lectura resultaba más placentera para quienes poseían
conocimientos de literatura clásica, paisajismo, pintura, escultura, ingeniería, geometría, perspectiva y arqueología.

El canon de medidas que nos muestra Leonardo ya era mencionado en Los diez libros de Arquitectura de Vitruvio, y la misma idea aparece en un texto más antiguo atribuido a Policleto, escultor griego cuya fama descansa en la armonía que emanaba de sus obras y que se dice reflejaban las proporciones registradas en su escrito. Por su parte, Vitruvio definía a la simetría como una propiedad que resulta “de la proporción... y que ésta consiste en una cierta medida que las partes guardan respecto del total”. El carácter geométrico de esta afirmación no fue impedimento para que esta noción se transmitiera a otros dominios, y así se dijo – Aristóteles– “siempre existe una media” hacia la que el hombre virtuoso debe apuntar sus acciones. Respecto de esta media los extremos guardan una simetría que en gran medida se inspira en la balanza que mantiene el equilibrio gracias a una distribución adecuada –definida por la ley arquimediana de la balanza– de los pesos. Esta tradición alcanzó a Leonardo y lo llevó a diseñar el hombre desnudo –emblema de muchas ideas : universalidad, perfección, equilibrio, belleza, cultura...– con brazos y piernas estirados de manera que tocan tanto a un círculo como a un cuadrado.

Lo que no es de todos conocido es que dicha imagen ya aparece descrita en el texto de Vitruvio antes mencionado, en el capítulo que lleva por nombre “De la simetría en los templos y en el cuerpo humano”, donde el autor relaciona las proporciones del cuerpo humano con las proporciones que deben gobernar la arquitectura de un templo. Después de mencionar que las proporciones entre las partes y la totalidad del cuerpo humano fueron instauradas por la naturaleza, se ocupa del arquitecto que merece “respeto y admiración por haber construido templos para los dioses inmortales de manera que sus partes y el total muestran la armonía que proviene de sus proporciones y simetrías”.

Otro día hablaremos sobre la
proporción áurea o divina proporción (PHI, el número áureo)...de momento id mirando "ESTO" (esperad un momento-tiene 7 M- y haced clic en "solo lectura".)

Un templo, según Vitruvio, debe poseer partes iguales opuestas entre sí, tal y como ocurre con el cuerpo humano. Esto resulta obvio en el caso de un edificio cuadrado. Pero los romanos eran también constructores de arcos y domos, elementos que reclamaban una simetría bilateral inscrita en un espacio esférico. Por ello imaginó que en un cuerpo humano perfecto los brazos deberían relacionarse con las piernas a través del ombligo, el centro natural del cuerpo, por ser el remanente del cordón umbilical, la fuente de la vida. Si se coloca un pie del compás sobre el ombligo y con el otro pie se traza un círculo que toca el extremo de un brazo extendido, tocará los extremos de los demás miembros igualmente extendidos. Y lo mismo ocurrirá si se traza un cuadrado inscrito en el círculo, ya que la medida de la planta del pie a la cabeza es igual a la longitud de la línea horizontal que une las puntas de los brazos extendidos.

Y éste es el origen del cuerpo vitruviano que Leonardo nos dejara en el dibujo que hoy guarda la Accademia en Venecia, y también el de figuras similares concebidas por otros artistas del Renacimiento, tales como Francesco di Giorgio Martini, Verrochio y Sebastiano Serlio. Y no fue una casualidad que también fueran arquitectos, como tampoco lo sería que lo fuera el autor del Hypnerotomachia Poliphili, quien hizo de su texto un manifiesto del poder creativo de una arquitectura que se constituía sobre la base del cuerpo humano como metáfora de la estructura del universo.

"Las palabras, ya sean habladas o escritas, no parecen jugar ningún papel en el mecanismo de formación de mis pensamientos. El lenguaje que parece prevalecer en la articulación de pensamientos son ciertos símbolos e imágenes que pueden ser reproducidas y combinadas a voluntad". Albert Einstein
Bibliografía:


Colonna, Francesco. Sueño de Polífilo. Ed. y trad. de Pilar Pedraza. Barcelona:
El Acantilado, 1999.
* Lefaivre, L. Leon Battista Alberti’s Hypnerotomachia Poliphili.
Re-Cognizing
the Architectural Body in the Early Italian Renaissance.
Cambridge, Mss: The MIT
Press, 1997.
* Kemp, Martin.
Leonardo da Vinci. The Marvellous Works of Nature and
Man
. Cambridge, Mss.: Harvard University Press, 1981.
* Vitruvio Polión, Marco Lucio. Los diez libros de Arquitectura. Trad. de J. L.
Oliver. Madrid: Alianza Editorial, 1997.
J. Rafael Martínez E.
El sueño de Polifilo. Arquitectura, matemáticas
y el hombre vitruviano
.


Miguel Pselo:

En la obra de Pselo se encuentra el espíritu de Bizancio en el siglo XI. Durante mucho tiempo y por el carácter de su obra, se le consideró un ocultista, si bien su interés, por lo que podemos leer de él, se refería principalmente al saber racioal y erudito de este tipo de "conocimiento". Curiosamente, él mismo fue alquimista y tras muchos años de entrega declaró públicamente que la alquimia era un tipo de CHARLATANERÍA...

Entre sus obras también destaca un trabajito dedicado a la TEURGIA (que es la práctica de la magia con finalidad religiosa, como la salvación del alma)llamado "exposición capitular de los dogmas caldeos".Su sombra llegó mucho más allá de los años siguientes y entre sus obras más importantes nos podríamos parar en una significativa para la época: " Timoteo o sobre la actividad de los demonios"...(actividad es el término que Jaime Curbera en su magnífica edición de Pselo -en ediciones clásicas de Madrid- prefiere para el término griego enérgeia "fuerza, influencia o mejor: posesión)...


Una lectura interesante para el que tenga curiosidad por ver cómo se elucubraba en la antigüedad en este aspecto. Pedidme algún libro los
interesad@s...




Otro día más. ¿Qué tal el Kybalión? :

«El sabio sirve en lo superior, pero rige en lo inferior. Obedece a
las leyes que están por encima de él, pero en su propio plano y en las
que están por debajo de él, rige y ordena. Sin embargo, al hacerlo,
forma parte del principio en vez de oponerse al mismo. El sabio se
sumerge en la Ley, y comprendiendo sus movimientos, opera en ella
en vez de ser su ciego esclavo. Semejantemente al buen nadador, va
de aquí para allá, según su propia voluntad, en vez de dejarse arrastrar
como el madero que flota en la corriente. Sin embargo el nadador,
el sabio y el ignorante, están todos sujetos a la ley. Aquél que esto
comprenda va en el buen camino que conduce a la Maestría.»


Buenas noches.


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